La Comunidad Valenciana se actualiza
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/02/valencia/1333393136.html
Seis Ipad2, una Apple TV, un Airport Express, una Smart Table, un TFT Táctil de 17" y seis PC's de última generación conforman Technolab, el aula tecnológica para niños de entre 3 y 8 años recién inaugurada en Caxton College y que ha convertido al centro en su 25 aniversario en pionero en la Comunidad Valenciana en educación 2.0.
"La era del 2.0 también está modificando los paradigmas de la educación. Nos encontramos ante un nuevo aprendizaje, proactivo y personalizado, que supone que tanto los educadores como los equipos directivos docentes tengan que hacer frente a constantes desafíos para mantenerse al día de las nuevas tecnologías educativas y de conocimiento, y que hayan de adaptarse al día a día de los niños, que van a vivir desde pequeños inmersos en el universo 2.0", señala Amparo Gil, directora de Caxton College, centro que ya fue pionero en la instauración de pizarras digitales y ordenadores en todas sus aulas en 2005.
Además, según Gil, "la instauración del uso de las nuevas tecnologías por parte de Caxton College desde las edades más tempranas favorece, sin duda, un aprendizaje 2.0, es decir, una mezcla de aprendizaje real y virtual que hace florecer el talento natural de los niños, ya que fomenta su creatividad al mismo tiempo que su capacidad perceptiva y de toma de decisiones".
Ante esta nueva realidad educativa, el colegio inglés ubicado en Puçol apostó desde hace dos años por la figura del responsable TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), que coordina equipos de trabajo multidisciplinares cuyo fin último es "conseguir que tanto alumnos como profesores hagan un uso óptimo de las posibilidades que las nuevas tecnologías ofrecen", apunta Gil.
"Las grandes bazas del éxito del aprendizaje 2.0 son el software educativo utilizado, por su alta capacidad motivacional, y la habilidad de los profesores para gestionar la abundancia de recursos que, desde luego, cambian su rol como educador. Además, a lo largo del mes de abril el centro tiene previsto incorporar ocho nuevos Ipads2, con los que seguir incrementado las posibilidades educativas", señala Paco Navarro, Coordinador TIC de Caxton College, que cuenta con 1.450 alumnos, el 30% de ellos internacionales.
"La era global en la que vivimos y el futuro profesional de nuestros alumnos determinan los objetivos del centro, siempre vanguardista e innovador, donde conviven de manera armoniosa la cultura británica y la española junto a un sistema educativo basado en valores anglosajones, en el que se da mucha importancia a las actividades no académicas, y una comunidad social formada por profesores, padres y alumnos, a los que ofrecemos todas las herramientas posibles para que se conviertan en personas maduras, independientes y creativas", asegura la directora del centro.
Aprender para que los compañeros con autismo también aprendan
Laura se señala un golpe en la frente. Se ha caído. Pero en cuanto se enciende la pizarra digital de su clase se le olvida. Es una de los seis alumnos con trastorno del espectro autista del colegio Montserrat, un centro concertado laico en el distrito de Retiro que suma casi un millar de estudiantes de 3 a 14 años. Este curso han empezado un proyecto en el que las clases de 1º de ESO preparan herramientas informáticas para sus compañeros con necesidades especiales. “Todos somos parte del centro preferente para alumnos con trastorno generalizado del desarrollo (TGD), también todos los chavales”, proclama Silvia Gallego, docente y una de las promotoras de la iniciativa.
Laura y Silvia son el germen del proyecto. La maestra es la tutora de clase de 1º de infantil donde acude esta alumna, con 24 compañeros. Cada mañana empiezan repasando la fecha, el tiempo y quiénes faltan. Utilizan herramientas que ha preparado Silvia para la pizarra interactiva. “En cuanto la enciendo, tengo la atención de Laura”, comenta. Todos los escolares siguen los ejercicios, pero están especialmente dirigidos a la que tiene más dificultades para comunicarse, que necesita recibir la información de forma visual y clara. “Nuestros estudiantes con autismo tienen un buen nivel cognitivo, pero cada uno necesita atención específica”, detalla Teresa Cuenca, tutora del aula de las Estrellas, denominación de esta clase TGD, con un guiño al barrio (Estrella).
A primera hora, los alumnos con autismo pasan por allí. Después se integran en sus respectivas clases, en la que se intentan que pasen todo el tiempo posible con apoyo de Teresa y de una técnico de integración social, Lorena. “Para trabajar con estos alumnos usamos pictogramas –dibujos que representan cosas y conceptos- y los vamos adaptando a los equipos informáticos (pizarras y ordenadores) que utilizamos”, explican Silvia y Teresa. Un proceso en el que este curso se ha implicado también a alumnos: “Hemos dedicado las clases de tecnología del segundo trimestre a preparar secuencias y juegos para los alumnos del aula de las Estrellas”, explica Manuel Agudo, profesor de esta materia.
Calle, lluvia, abrigo
“Calle, lluvia, abrigo. Si salimos a la calle y llueve, nos ponemos el abrigo”. En las actividades preparadas por los estudiantes se siguen las indicaciones de las especialistas en alumnos con TGD, “pictogramas sencillos, con letras mayúsculas, arial y negras, y en un orden determinado, explican los estudiantes. En parejas, cada uno ha preparado una de estas secuencias y un juego. Hay de todo: laberintos, programas de sumas y multiplicación, un frontón...
Alejandro, de 1º de ESO A, muestra con soltura cómo diseñar una de estas actividades en pocos minutos. La programación ya le atrae como ocupación profesional. “Manejan conceptos muy especializados, como el desarrollo de bucles, los condicionales o las coordenadas”, destaca el profesor. Aprenden para que a su vez aprendan sus compañeros con autismo, lo que les motiva: “Es bonito que podamos ayudar a niños con problemas”, comenta Noelia, otra alumna de 1º A cuyo hermano pequeño comparte clase con uno de los alumnos del aula de las Estrellas. En ella espera Teresa poder revisar pronto sus herramientas para empezar luego a utilizarlas en las pizarras SMART.
El colegio Montserrat, de la Fundación Hogar del Empleado (Fuhem), es, por petición propia, centro de atención preferente al alumnado TGD desde este año. Ya hace cuatro que integraron cinco estudiantes de este tipo, que ahora están en 4º y 5º de primaria, a través de un convenio con la asociación Aleph. Ahora buscan optimizar la atención a este colectivo a través de las nuevas tecnologías. No siempre es fácil. Martín y Ángel, dos compañeros de Laura en el Aula de las Estrellas de su misma edad, no quieren cuentas con la pizarra. Martín grita potentes noes, mientras Ángel deambula por la clase. Ajena al jaleo, Laura se esmera en el ejercicio. Y, cuando nadie se lo pide, Ángel se anima. Teresa, su tutora en el aula especial, resume: “Es complicado, hay que darles su tiempo, cuidar mucho la atención, pero siempre, siempre merece la pena”.
Me encanta Sandra!!
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