martes, 29 de mayo de 2012

BLACK MIRROR

Comienza con una llamada telefónica, que despierta al Primer Ministro, informándole de que algo ha pasado con la Princesa Susannah. 
En la siguiente escena se observa como el Primer Ministro, ve un vídeo en el que aparece la Princesa maniatada y llorando, pidiéndole a su secuestrador que no la mate; éste le dice que lea el texto y la Princesa comienza a leer dirigiéndose al Primer Ministro, al que le dice que su vida depende de él.
Llegado a un punto del vídeo, uno de los más cercanos al Primer Ministro lo detiene y le advierten de que están convencidos de que el vídeo no es un montaje, que es real, y que le afecta y le concierne directamente a su persona. 
Siguen viendo el vídeo y la Princesa le dice que si cumple con una única condición, ella será libertad. Dicha condición es que a las 4pm de esa misma tarde, el Primer Ministro deberá aparecer en todos los canales de la TV Británica, tanto vía terrestre como vía satélite, manteniendo relaciones con un cerdo. 
El vídeo termina con una serie de especificaciones sobre dicha condición. 
Al terminar de verlo, el Primer Ministro se queda incrédulo, pues no entiende la condición y por supuesto, se niega a cumplirla. 
La petición - 3 (Channel 4 © 2012)Los equipos del gobierno no pueden contactar ni negociar con el autor del vídeo, y el Primer Ministro se centra en parar el asunto cuanto antes y recuperar a la Princesa. 
Lo primero que hace es advertir que el vídeo debe quedar alejado de la prensa y de los medios, pero su equipo le informa de que dicho vídeo procede del YouTube y de que, aunque lo quitaron 9 minutos después de que se subiera, el vídeo ya se había difundido, viéndolo aproximadamente unas 50.000 personas.
Avisan también al Primer Ministro de que las noticias lo tienen, pero que de momento no lo emitirían; y de que, por otra parte, era un tema popular en Twitter.
La UKN se plantea si emitir o no el vídeo en sus telediarios, pero viendo que los demás informativos y cadenas de TV lo hacen, deciden hacerlo también. 
Una vez que todas las cadenas comienzan a emitirlo, el vídeo es visto por más de 18 millones de personas y provoca al rededor de unos 10.000 tweets por minuto.
El tiempo corre, y el Primer Ministro sigue intentando buscar cualquier alternativa; mientras tanto, las cadenas y la población siguen hablando del tema. 
En el equipo del Primer Ministro, una chica cree descubrir desde donde se ha emitido el vídeo, una antigua universidad abandonada años atrás. El gobierno manda a un equipo de policías para reconocer el terreno y entrar en el edificio, para comprobar si la Princesa se encuentra allí. Pero resulta estar vacío, con un maniquí en una silla. Viendo el fracaso de esto, y como la gente de la calle comienza a opinar que ha de hacerlo, el Primer Ministro decide armarse de valor, no sin antes pensárselo mucho, y llevar a cabo la condición tal y como el secuestrador de la Princesa quería. 




Esta serie se centra sobre todo en la influencia que tienen Internet y las Redes Sociales en nuestras vidas, pues desde el principio son ambas unas piezas fundamentales en la historia, que facilitan la propagación del vídeo de la Princesa y de lo que el Primer Ministro ha de hacer.
Si nos damos cuenta, todo tiene que ver con la tecnología: la forma en la que el secuestrador sube el vídeo, la forma de la que el pueblo se entera, la forma que tiene el secuestrador de enterarse de que el Gobierno planeaba usar a un actor y con retoques informáticos hacerle pasar por el Ministro (que ocurre a través de Facebook y Twitter), etc.
Me llama la atención la escena en la que le aseguran que eliminaron el vídeo sólo 9 minutos después de su subida en YouTube y que aproximadamente lo habían visto unas 50.000 personas; es increíble lo rápido que se mueve todo por Internet. También me sorprende el uso del Twitter, pues desde esta red social, la población británica comenta sobre el vídeo y sobre lo que el Ministro ha de hacer o no al respecto.
De una forma o de otra, lo que en gran parte le empuja al Ministro a llevar a cabo la petición del secuestrador, es lo que pienses de él, la reputación que pueda quedarle si no lo hace y por ello matan a la Princesa y todo lo que se dice y se dirá de él tanto por Internet como por las Redes Sociales y la televisión.
Es una serie que llama la atención por su rareza, en sentido de la condición que pone el secuestrador, sin embargo, si nos ponemos a pensarlo podría ser factible que pasara en la vida real; pues, lo creamos o no, las redes sociales tienen más influencia en nuestra vida de lo que nosotros creemos.


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